Guerreros
de Xian: La guardia del emperador
El descubrimiento,
hace un mes, de más de cien nuevos guerreros de terracota equipados con
caballos y carros de guerra en las fosas de Xian confirma la magnitud numérica
de este ejército enterrado, corrobora los vivos colores originales de las
estatuas y aporta como novedad el primer escudo de tamaño real de la
excavación. Hasta ahora no habían aparecido cascos ni escudos, cuando nos
consta que ambos eran habituales en los ejércitos de la época: quizá fuera para
destacar que por su valor los guerreros no los necesitaban, o quizá se tratara
más de un ejército desfilando que de un ejército en formación de batalla.
Pero este descubrimiento obliga también a replantearse algunos de los enigmas básicos que se ciernen sobre esta tumba: ¿por qué el primer emperador chino, Qin Shihuang, se hizo enterrar con todo un ejército?, ¿cómo se consiguió realizar una obra de esta magnitud?, ¿por qué se perdió la memoria de todo ello a poco de un siglo de haberse construido?, ¿por qué se descubrió en plena Revolución Cultural?, ¿por qué el Estado chino no hace excavar el túmulo que encierra la tumba del primer emperador?
Pero este descubrimiento obliga también a replantearse algunos de los enigmas básicos que se ciernen sobre esta tumba: ¿por qué el primer emperador chino, Qin Shihuang, se hizo enterrar con todo un ejército?, ¿cómo se consiguió realizar una obra de esta magnitud?, ¿por qué se perdió la memoria de todo ello a poco de un siglo de haberse construido?, ¿por qué se descubrió en plena Revolución Cultural?, ¿por qué el Estado chino no hace excavar el túmulo que encierra la tumba del primer emperador?
Aunque en el panorama
mundial son varias las tumbas imponentes pertrechadas con magníficos tesoros,
no todas ellas, ni mucho menos, corresponden a personajes de primera magnitud
histórica: la de Tutankhamon es un ejemplo de ello. Pero la del primer
emperador, sí: él cambió la historia de China unificando todos sus reinos en un
único imperio y dotándolo de una uniformidad en la escritura, los pesos, las
medidas, y las unidades administrativas que garantizasen su continuidad.
Guerreros de terracota
Los Guerreros de
terracota son un conjunto de más de 8000 figuras de guerreros y caballos de
terracota a
tamaño real, que fueron enterradas cerca del autoproclamado primer emperador de
China de la Dinastía Qin, Qin Shi
Huang, en 210-209 a.C.
Se encuentran dentro
del Mausoleo de Qin Shi Huang, también
conocido como Mausoleo del Primer Emperador Qin. Fueron descubiertas, durante
unas obras para el abastecimiento de agua, en marzo de 1974 cerca de Xi'an, provincia
de Shaanxi, República Popular China. Desde el año 1987 están considerados
como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
En
la antigua China, los esclavos vivos y las concubinas eran enterrados con sus
amos. El emperador Qin Shi Huang ordenó la construcción de los guerreros de
arcilla para que tomaran el lugar de los guerreros vivos. Hubo tres intentos de
asesinato por separado sobre el emperador durante su vida, así que tal vez
sentía que necesitaba la protección en el más allá.
Enterrando estas
estatuas se creía que el Emperador seguiría teniendo tropas bajo su mando. El
ejército de terracota fue enterrado en formación de batalla en tres fosos, un
kilómetro y medio al este de la tumba del Emperador, que a su vez dista 33 km
al este de Xi'an. Los tres fosos tienen entre 4 y 8 metros de profundidad. Han
sido excavados y se ha construido un hangar en las ruinas, llamado Museo del
Ejército de Guerreros.
El primer foso fue
descubierto en 1974 de forma casual. En esa zona se había encontrado ya algunos
restos a los que no se les había dado demasiada importancia hasta que la
noticia del hallazgo del nuevo foso llegó a oídos de un arqueólogo que inició
la excavación.
El foso tiene una
superficie de 200 metros por 60 y contiene más de 7.500 guerreros, algunos de
ellos aún por desenterrar. Las figuras son a tamaño natural: miden 1,80 metros
de altura y están equipados con armaduras fabricadas también con terracota. La
fosa se abrió al público en 1979.
La historia de los guerreros de terracota
Los guerreros de terracota son una maravillosa pieza de
la historia de China y bastante impresionante cuando se toma en perspectiva. Cerca
de 8.000 guerreros de terracota fueron enterrados frente a la tumba del
emperador Qin Shi Huang, pero los solos números no cuentan toda la historia. Hay que
considerar también que, al igual que los copos de nieve, cada guerrero
de terracota es único, con diferentes expresiones, estilos de cabello y rasgos
faciales.
El
monumental mausoleo de los guerreros de Xian
Entre
la ladera del monte Li y el río Wei, en la provincia china de Shaanxi, un
túmulo con forma de pirámide se eleva más de 40 metros sobre la planicie. Bajo
su cúspide, hoy hundida, un palacio subterráneo alberga los restos de uno de
los personajes más fascinantes de la historia de China: Zhao Zheng, rey de Qin
y primer unificador de China, al que conocemos como Qin Shihuang di, «el primer
emperador» (259-210 a.C.).
Guerreros
de Terracota de Xian
La
Armada de Guerreros de Terracota en Xian, fue descubierta en 1974 por un grupo de agricultores que
se encontraban excavando los campos. Es la colección de unos 8,000 soldados de
tamaño real, construídos hace más de 2,000 años por el Emperador Qin quien
deseaba le protegieran en su próximo mundo.
Cada soldado es una
obra única, no hay dos estatuas iguales, sus expresiones faciales, los
peinados, la postura, vestidos, toda característica que indicaba a su vez su
posición y rango en el ejército.
Incluídos en la
armada habían también figuras de caballos y carruajes.
Las armas de
defensa que solían cargar fueron originalmente hechas de metal y se han
desintegrado.
Las Estatuas de los
Guerreros que se pueden apreciar hoy en día, han sido reconstruídas por equipos
de arqueólogos.
Los
legendarios guerreros de terracota de Xian ganan su penúltima batalla
Aquellos
campesinos que en marzo de 1974 buscaban agua en las cercanías de Xian no
podían pensar que habían dado con los primeros indicios de uno de los grandes
hallazgos arqueológicos de la Historia.
Aquellos
hombres no podían dar crédito ante lo que iba apareciendo ante sus atónitos
ojos: todo un ejército en formación de combate, más de siete mil militares en
orden de batalla, mil trescientas cabalgaduras y cientos de carros de guerra
todos ellos labrados en terracota y perfectamente preparados para la acción en
el otro mundo. Eran y son los guerreros de Xian, a cuyos descubridores y
conservadores se galardonó ayer con el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias
Sociales. La candidatura fue propuesta por Carlos Blasco Villa, embajador de
España en China.
En palabras
del catedrático Rafael Puyol, miembro del jurado, este descubrimiento «permitió
conocer un capítulo básico de una civilización como la china, que constituye
una referencia a escala internacional».
La mesnada
milenaria fue enterrada para dar escolta al llamado primer emperador de China,
Qinshi Huangdi, que gobernó el país asiático hace dos mil doscientos años. Se
estima que cerca de quince mil artesanos trabajaron durante cuarenta años en
esta impresionante leva de arcilla.
Publicado por Alejandro Mon