Francisco Garcia (LNE), subdirector de LNE en Gijón … sólo sabe disertar sobre majaderias, como buen necio que es, fiel reflejo de su escaso y reducido intelecto.
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Ignorante de lo público, SÓLO quiere cambiar la ley ... ¡Mal comienzo en su gestión! ... en qué manos se ha puesto, por Javier Fernández, la Autoridad Portuaria de Gijón? |
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Luca Brasi ... duerme con los peces ... |
Francisco García, el Luca Brasi que fracasó en su cruzada contra Carmen Moriyón ... dormirá con los peces?
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Francisco García, el Luca Brasi de papel, dormirá con los peces ...? (Vea su impresionante "curriculum vitae") |
Francisco
García,
subdirector de La
Nueva España de Gijón,
pertenece de pleno derecho a esa terrible generación de sedicentes periodistas que ejercen en realidad
de sicarios -matan o al menos intentan matar, por cuenta ajena- pues no se
ocupan de los hechos, sino que alumbran a diario opiniones por cuenta
de su empresa; opiniones inevitablemente interesadas, supeditadas a
los intereses de su empleador.
El llamado periodismo de opinión, a diferencia del verdadero
periodismo, no puede ser mercenario, porque entonces no es periodismo, sino
mera propaganda de tres al cuarto, al servicio de esos intereses
empresariales de máquinas recaudadoras de publicidad que chirrían por
culpa de la crisis y del cambio tecnológico. No se puede cubrir la opinión
a base de empleados, porque eso cruje demasiado.
Como las cosas van cada día peor para la prensa impresa, por sus
elevados costes, que no se compadecen con el precio y la eficacia de la
publicidad en Internet, los tiempos de la ecuanimidad y la ponderación han
pasado, y aquí al que no paga la “protección” se le ametrallan las lunas del
negocio cada cinco días.
Por eso no hay escritores ni firmas de fuera de la empresa, y
hasta Luis Arias Argüelles-Meres se tuvo que marchar a El Comercio
porque no le dejaban criticar a Javier
Fernández, que es el que más paga, directamente, y a través de
los contratos con la TPA y otras empresas sin control como la
televisión pública.
Y es que La Nueva España debe querer del Ayuntamiento de
Gijón un dinero que al parecer no recibe, porque si lo recibiese Francisco
García hablaría de Carmen
Moriyón, como poco, las mismas maravillas que hablan a
diario de personaje tan poco creíble como Agustín Iglesias Caunedo.
Pero no, Caunedo, que tiene a Rodolfo
Sánchez dedicado
en exclusiva a engrasar los ejes de Calvo Sotelo, es bueno, y Moriyón, que no
se deja intimidar, es mala. ¡Hala, balas al cargador!
Y para eso
tienen ahí un sicario que se trajeron de Zamora, colocado al frente de las
balaseras que se lanzan a diario desde las páginas gijonesas de LNE sobre las
consistoriales. ¿Por qué un sicario? Es evidente, porque su misión es intentar
matar, disparando a diario, a quien no entrega a su empresa el dinero de la
“protección”. Los argumentos son de lo más elemental: “o sueltas la mosca o te
clavo un cuchillo en la mano”.
Lo malo para La Nueva España, es que de nada han servido estos
años utilizando a García para disparar sobre Moriyón, mientras la redacción de
Oviedo al completo se dedica a tocar la lira sobre las excelencias de Caunedo,
pues hasta la encuestadora contratada por ellos mismos, en su manipuladísimo
trabajo del pasado domingo, suspende a Caunedo y aprueba a Moriyón.
Y es que
Oviedo y Gijón están muy cerca, pero las secciones de Oviedo y Gijón de LNE
están más cerca todavía, a unas páginas una y otra, y el contraste es tan
escandaloso que lo ven hasta los tontos de cada pueblo.
El sistema no funciona. Amiguinos. Por eso, al sicario García, que va por la vida de fino intelectual y de
tuitstar, le parece mal que desde Proaza pongamos en evidencia su terrible papelón, como una especie de Luca Brasi periodístico,
trabajando para Corleone Calvo Sotelo, y tilda como
rebuznos las humildes palabras con las que ayer hablábamos aquí de
su triste destino y de
sus no menos tristes desatinos.
Publicado por Alejandro Mon