Pío Moa acusa al PSOE de comenzar la Guerra Civil en 1934
![]() |
Pio Moa, el historiador de la verdad |
El escritor Pío Moa ha publicado '1934:
Comienza la Guerra civil. El PSOE y la Ezquerra emprenden la contienda'
(Editoral Áltera) en el que acusa a ambos partidos de comenzar en 1934 la
contienda, después del éxito de 'Los mitos de la Guerra Civil' -150.000
ejemplares vendidos, número 1 de ventas durante seis meses consecutivos.
"Iniciaron la guerra, no porque hubiera
un peligro fascista sino porque consideraban que la iban a ganar", señaló
Moa durante la presentación de su libro, en vísperas del 70 aniversario de la
Revolución de Asturias y de la secesión de Cataluña.
Su
tesis se apoya en los archivos de Largo Caballero que se encuentran en la
Fundación Pablo Iglesias. Moa argumenta que estos documentos "son poco
investigados" y que la mayoría de los historiadores sólo se fija en los
datos que les interesan según sus tendencias políticas. "Es increíble que
una fuente tan importante de datos haya sido tan poco explotada", alega.
Contrariamente
a lo afirmado por la historiografía oficial, no había en 1934 el menor
riesgo de "golpe de Estado fascista". Frases como 'Viva la Guerra
Civil!' o 'Esto no hay quien lo pare', dichas por los socialistas y por
Esquerra Republicana de Cataluña, argumentan la tesis de este autor, que fue militante
de los GRAPO y responsable de propaganda de la banda armada hasta su
expulsión en 1977.
Veintisiete
años más tarde, Pío Moa se considera historiador y ofrece en su nuevo libro
pruebas gráficas y documentales, nunca publicadas hasta la fecha y reproducidas
en facsímil, que evidencian el papel de la izquierda como subversora de la
democracia en España desde 1933 a 1936.
"En
1933 el sector más importante del PSOE se decanta por la dictadura del proletariado
y por la revolución al estilo soviético. El único que protesta es Besteiro.
Dice textualmente que se está envenenando a los trabajadores y que eso sólo
puede concluir en un baño de sangre. No fue una huelga, no fue un movimiento de
protesta. Fue una guerra civil preparada y organizada para imponer una
dictadura del proletariado. Una dictadura de tipo soviético. Pero siguen
sin reconocerlo", señaló.
La
ira de los historiadores
Estos
argumentos han despertado, según el autor, la ira de muchos historiadores y
miembros del partido socialista que se niegan a admitir "los hechos
históricos". "Ellos siempre quieren que otros pidan perdón. Si
reconocieran que su partido propugnó e inició la Guerra Civil, los socialistas
ya no serían los mismos", apuntó Moa, quien criticó el uso partidista que
hace el PSOE de la contienda española. "El PSOE tiene en la Guerra Civil
un arma que les legitima ante la opinión pública porque" considera que la
derecha "son hijos de los asesinos", añadió.
En
este sentido, Moa critica "el intento de recuperar los odios y rencores de
entonces" por parte de la izquierda como "arma arrojadiza"
contra la derecha. Y aunque asegura que el actual clima político no tiene las
dosis de violencia que en 1936, el autor teme que algunos políticos siembren
"deliberadamente el odio". "Ahí está el intento de Maragall y de Carod Rovira de
descuartizar España con la aquiescencia de Zapatero. El mayor peligro es la
balcanización. Son tan irresponsables ahora como entonces",
asegura. …
SIGUE
LEYENDO ... y mucho más en www.asturiasenred.es
Franco no llevó a cabo
ninguna represión en Asturias.
Es una parte de la leyenda (que reproducen Preston y otros) sobre una
represión tan terrible como inexistente. La campaña sobre la represión sirvió
de eje para la campaña electoral de la izquierda en 1936, fue una campaña
estruendosísima y logró envenenar, como decía Besteiro,
a gran número de personas. De su falsedad da idea el hecho de que tuvo que ser
la derecha la que exigiera al gobierno izquierdista que investigase aquellas
acusaciones, a lo que la izquierda, por supuesto, se negó. Pero ya había
logrado su objetivo político de llegar al poder. Franco ni
siquiera fue encausado por ninguna represión. Él había estado en Madrid durante
todo el tiempo de la lucha y luego sólo visitó brevemente la región. Su misión
había sido la de asesorar y coordinar las acciones en el conjunto de España. No
olvide usted que la insurrección causó muertos en 26 provincias y se proyectó
como una guerra civil general
![]() |
Paracuellos. La lista de los asesinos con nombres y apellidos. |
La fecha es un 6 de
noviembre de 1936. Viernes por la
tarde en Madrid. El secretario general de las Juventudes Socialistas
Unificadas (JSU), Santiago Carrillo
Solares, y su estrecho aliado político, José Cazorla Maure, entran en el despacho del presidente del
Consejo de Ministros, Francisco Largo
Caballero, en el Palacio de Buenavista. Es un día clave en la vida de
Carrillo, abundante ya en tales momentos trascendentales pese a su juventud. A
sus 21 años, cuenta entre sus logros el haber fusionado con éxito las
juventudes socialistas y las comunistas en abril de 1936 para crear las JSU,
una organización que, en vísperas de la guerra, declaraba tener nada menos que
140.000 afiliados. Aunque Carrillo se encontraba en París el 18 de julio de
1936, pasó el primer mes de la contienda española combatiendo en el País Vasco
porque no le fue posible regresar a Madrid hasta más tarde.
Él
mismo admitiría tiempo después que no era de natural guerrero. Por su miopía,
cuando le tocaba hacer guardia, en «las noches en que llovía —que fueron
muchas— no daba abasto» limpiándose las gafas. «Y de hecho, no estaba en buenas
condiciones para ver si se acercaba una patrulla adversa». Su puesto como
máximo dirigente de las JSU se vería finalmente confirmado a su vuelta a la
capital en septiembre, momento que aprovechó para rodearse de sus compinches de
preguerra. Entre ellos, el chófer y músico José
Cazorla y, sobre todo, Segundo
Serrano Poncela, antiguo estudiante de Derecho y Filosofía en la
Universidad Central de Madrid. «Yo he sido —escribió éste con cierta añoranza
tras romper relaciones con Carrillo en 1939— su amigo más sincero, más
sacrificado [...] el único amigo leal que ha tenido en toda su vida».
Horas antes, ese mismo día 6 de noviembre, Carrillo, Cazorla y Serrano Poncela habían ingresado en el Partido Comunista de España (PCE). A través de miembros de su nuevo partido en el gobierno fue precisamente como Carrillo y Cazorla se habían enterado de que Largo Caballero estaba a punto de dejar Madrid en manos de una Junta de Defensa. Al entrar en las dependencias del presidente del Gobierno, vieron que el personal estaba haciendo las maletas para el viaje a Valencia. «¿Quién les ha dicho a ustedes que el …
SIGUE LEYENDO1 ... y mucho más en www.asturiasenred.es
Publicado por Alejandro Mon